lunes, 4 de mayo de 2020

Literariedad de Over, novela de Ramón Marrero Aristy


Por Osmairy Gómez Abreu

Portada de Over
Over es una novela del escritor, historiador y periodista dominicano, Ramón Marrero Aristy, publicada en 1939 por la Editora Taller. Es una de las novelas que cultiva el realismo y el tema de la caña. La temática que en estas se narra gira en torno a las afligidas y perecederas vidas de los trabajadores de las industrias azucareras que estaban activas en la época de la dictadura de Trujillo. Esta novela fue la que consagró a Marrero Aristy como uno de los autores más importantes de la narrativa de los primeros años del siglo XX, por su crítica social, su relato de la realidad y por el valor literario de sus letras.

En mi investigación sobre esta tan importante obra, me pude percatar de que, la mayoría de los autores que analizaban Over, se enfocaban en realizar estudios hermenéuticos, comparados y, aquellos en que se resaltaba la situación social de los personajes y del autor, o sea, se analiza más el fondo que la forma de la obra. Como es el caso del maestro de literatura caribeña, Médar Serrata en Grand Valley State University, Michigan, en su ensayo “Literatura y poder: la invisible presencia de Trujillo”:

…crítica severa de las condiciones de explotación a que eran sometidos los trabajadores de los centrales azucareros de la República Dominicana en momentos en que los intelectuales al servicio del dictador Rafael Leónidas Trujillo proclamaban el nacimiento de una “Era” de desarrollo económico y de justicia social.

 Por esta razón, en este ensayo, el cual representa el trabajo final de la asignatura que imparte el profesor Fari Rosario, he decidido aplicar un método diferente, uno propuesto por los formalistas rusos, como Viktor Shklovsky y B. Eichenbaum, en el siglo XX. Este tiene como fin principal extraer los elementos del texto que forman parte de la literariedad de la obra. Desde mi perspectiva, es uno de los que más se adapta a la literatura. El objetivo de este análisis es estudiar de esta interesante obra en la narrativa de nuestro país, las características que le dan entrada al mundo de lo literario, que Shklovsky definió como “desautomatización”, esto se refiere al extrañamiento del lenguaje coloquial y estándar. Esas características son: el nivel semántico, fonológico y morfosintáctico, pero solo analizaré el semántico, para una mejor valoración de la narración. Asimismo, destacaré el uso que Marrero Aristy daba a las figuras literarias como son la prosopopeya, anáfora y la hipérbole, que determinan igualmente, la literariedad.

En la primera parte, se orientará al lector sobre la obra estudiada, aquí resumiré brevemente la trama de la novela. Por otro lado, la segunda parte la ocupará en análisis semántico de las oraciones más importantes o significativas que pueden encontrarse en el texto. De igual forma, en este segundo apartado se analizará la aparición de las imágenes y figuras retóricas que hacen una desautomatización del lenguaje. Por último, en la tercera parte plantearé las conclusiones, valoraciones de la obra y la efectividad de la aplicación de este tipo de análisis literario.

La narrativa de Over tiene como protagonista a Daniel Comprés, un joven exiliado de su casa por su padre y que, en busca de una mejor vida, solicita trabajo en un central azucarero en La Romana, ya que, debido a su ignorancia lo describía como un lugar donde el trabajo traería grandes beneficios. El personaje Comprés tomó esta decisión porque no poseía la capacidad para realizar oficio alguno, pues, no había tenido una formación académica. Lo vio como una oportunidad de superación económica, se convertiría, con el transcurso de los días, en una de las más terribles. Marrero Aristy, relata por medio de su narrador autodiegético, Daniel Comprés, las razones por las que se convirtió en un hombre tramposo y ladrón para poder conservar la oportunidad de tener un techo y comida, ya que esta era su mayor preocupación. Lo que acontecía en estos lugares era totalmente desconocido para él y le fue muy difícil y doloroso de algún modo, adaptarse a esta nueva vida, donde debía importarle únicamente sus intereses.

Daniel Comprés era un bodeguero, encargado de abastecer a los peones, mayordomos y policías del batey donde se le había asignado (había muchos por la región, era donde vivían los trabajadores provenientes de muchos lugares del caribe), en el ejercicio de su trabajo se vio obligado a engañar a los haitianos, cocolos y dominicanos que cada día iban a su bodega, el no hacerlo significaría el descontento de sus superiores, entre ellos Mr. Robinson, un norteamericano. También, significaría un déficit y la ausencia del Over. En sus días de bodeguero hizo buenos amigos, entre ellos, Dionisio, Cleto y Eduardo. Allí conoció también el amor, pero las arduas jornadas de este pobre hombre fueron causas de que sus sentimientos hacia la mujer que desposó no fuesen tan fuertes por el desgaste psicológico y físico que sufrió. Al concluir la narración, Daniel Comprés, toma la decisión que, en su lugar, cualquiera habría tomado.

Roman Jakobson
Los formalistas rusos se caracterizan por romper los cánones de estudio de la literatura en el siglo XX, ya que, como he mencionado, le dan más importancia a la forma que al fondo. Para esto utilizan lo que ellos denominan ciencia de la literatura, en palabras de Jakobson, uno de los más importantes del formalismo: “el objeto de la ciencia de la literatura no es la literatura, sino la literariedad, es decir, lo que hace de una obra concreta una obra literaria” (Questions de poétique, 1973). La literariedad es aquella particularidad únicamente de los textos que utilizan un lenguaje estético por medio de las figuras retóricas que modifican el lenguaje, convirtiéndolo en poético y desautomatizado. A continuación, se analizarán cuáles de estos elementos encontramos en los tres capítulos de la novela y que muestran su literariedad.

En el primer capítulo de Over, el narrador nos ubica en el tiempo en qué se desarrollaría la historia con la oración siguiente: Heme aquí en una calle de mi pueblo. Por ella he transcurrido desde mi niñez; con ella concluimos dos cosas sobre la obra. La primera, que la historia se va a narrar en primera persona, ya que utiliza en verbo heme de “estar”, conjugado, además, en el presente, esto es lo segundo que nos dice la primera oración. Tomando en cuenta estos detalles, podemos afirmar que los verbos a utilizar en el transcurso de la novela serán conjugados, como el primero (heme), en presente. Aunque nos encontraremos con alteraciones en la secuencia cronológica de la obra con la utilización de analepsis. Por ejemplo: las últimas palabras de mi padre. Con el adjetivo “últimas” el autor nos indica que los hechos que serán narrados pertenecen al pasado.

Ahora, prestemos atención a los aspectos semánticos del capítulo. Al inicio de este, nos encontramos con oraciones con sujetos gramaticales que varían desde abstractos hasta concretos, pero, cabe mencionar que los que predominan son los abstractos, debido a la riqueza de literariedad en esta prosa. Veamos estas oraciones: la noche se me ha echado encima, las aceras desnudas, el sueño se me ha fugado, el silencio temeroso, mi escoba rascaba el vientre del piso, duras palabras me pegaban en el rostro… Los sustantivos, como sueño, noche, palabras y silencio representan ideas abstractas, también, podemos ver que en algunas oraciones los objetos directos son abstractos, aunque los sujetos no lo sean.

De las pequeñas muestras tomadas del capítulo uno, esto es, las oraciones, podemos iniciar a medir la literariedad de la obra, ya que encontramos algunas figuras literarias. Entre ellas, la prosopopeya, la más frecuente. Por ejemplo, algunas de ellas son: silencio temeroso; este enunciado le da vida a un sujeto abstracto, le atribuye cualidades de sustantivos concretos, al igual que en las aceras desnudas y las palabras me pegaban en el rostro.

En el mismo orden, podemos identificar figuras como anáfora y comparación. Una anáfora sería “la vida ¡la vida!”, por las puntuaciones que tiene esta expresión se puede catalogar como una queja hecha por el sujeto, en este caso el narrador, entre ellas resalta también: No hablen de libertad. No hablen de derechos. No hablen de nada. Asimismo, encontramos comparaciones como “sus ojos siempre parecen trozos de carne sangrante”. De estas oraciones podemos extraer la desautomatización del lenguaje, ya que, se utilizan unas formas muy particulares para expresar ideas, describir lugares y personajes.

Por último, vamos a ver cuáles son las imágenes que nos describe el autor por medio de la esteticidad de la palabra. En la página veintiséis encontramos la siguiente: Se pierde su silueta; la imagen que formulamos al leer este enunciado es que el sustantivo se ha marchado de un lugar, esto también forma parte de la desautomatización, que es “el principio general de la concepción estética de los formalistas” (Gallardo, 2010). Unas últimas imágenes son: “Por un momento se hace dueño de la noche el acordeón”, esto se refiere a que este instrumento musical, el acordeón, fue el canto más vibrante y potente de la noche. Por último, “La finca tiene una fuerza de abismo, y fascina”, en el contexto de la obra esto significa que, el sujeto, finca, es un lugar que vacía el alma de quienes en ella trabajan.

Tomando en cuenta la estructura completa de este capítulo, se puede decir que, a pesar de que se ha resaltado aquellos elementos que cumplen con los requisitos de una obra literaria, no es uno de los que posean el mayor número de figuras literarias y, por tanto, la desautomatización, ya que, predomina mucho el lenguaje estándar y coloquial de regiones del país como el Cibao y el Este.

En el capítulo dos, encontraremos frecuentemente, determinantes que acompañan o no a los sustantivos. A diferencia del anterior, en este hay mayor número de imágenes, de prosopopeyas, de metáforas, comparaciones e hipérboles. En el primer párrafo se engloban algunas de estas características antes mencionadas. Este es uno de los fragmentos donde más se encuadra la literariedad del capítulo: Las noches de un hombre solo son pesadas y largas. En ellas los deseos crecen, se hacen duros, hasta convertirse en dolores. La buena alimentación, el ron, la quietud alumbrada por una lámpara de gas, y sobre todo los recuerdos, son cómplices que torturan. La primera oración consta de un determinante (las) en plural, un sujeto concreto (noches) y unos adjetivos (pesadas y largas) que la convierten en una prosopopeya, ya qué, este sustantivo no puede ser medido. En la siguiente oración sigue añadiendo características propias de la prosopopeya y se utiliza otro sustantivo (deseos). Por último, la tercera oración sigue utilizando sustantivos concretos, pero con las mismas características de la prosopopeya. En este mismo fragmento, podemos identificar una metáfora, la primera oración, el significado de esta es: las noches de un hombre solo son tediosas, aburridas y de nunca terminar.

Una particularidad que logré percibir en esta parte es que se utilizó frecuentemente un determinante en específico en la mayoría de las oraciones, ella, esto debido a que, un nuevo personaje femenino forma parte de la narración, este sería muy determinante en todo lo que se enuncie a continuación. Se puede decir que “va a influir en los verbos que utilizará el narrador”.

Para el análisis de este capítulo utilizaré las siguientes oraciones:
  1. Ella aparece, con una sonrisa, regalándome toda la esperanza.
  2.  Ella, la que ronda de noche mi mente y se sienta y entorna los ojos y espera.

En la primera, se cumple lo dicho anteriormente, hay un determinante e indica que se habla de una mujer. Asimismo, podemos observar que hay dos verbos (aparece y regalándome) que anteceden a unos adjetivos que expresan belleza estética. La segunda oración se asemeja a la primera en cuanto al determinante. Igualmente, podemos destacar que se utiliza la repetición de la conjunción, y, como una estrategia de tipo rítmico. En esta parte, está presente una imagen cuando el narrador dice: la que ronda de noche en mi mente y se siente; esto quiere decir que él piensa en ella por las noches, que su recuerdo está vivo y que permanece así hasta que sus ojos se cierran y duerme.

Otras figuras literarias adoptadas por el autor en esta obra se representan en oraciones como: las llamas tienden sus lenguas hasta los hombres, la mañana trepaba y la locomotora se detuvo jadeante, resoplando, resoplando. La figura más utilizada es la prosopopeya en las tres oraciones y la repetición, en la última. En este capítulo, a diferencia del anterior, se marca más sólidamente el gran valor literario que posee la obra en su estructura completa.

Finalmente, en el capítulo tres predominan las figuras literarias, más que particularidades semánticas, con estas el autor nos presenta unas imágenes que concluyen la narración, es tal vez por esto que se apega mucho a ellas. Las más repetitivas, como en los capítulos anteriores son las prosopopeyas, ya que utiliza mucha personificación. Entre las oraciones que pude extraer para esta parte del análisis fueron: “El calor es tan denso que casi puede asirse, y por todas partes, ¡los cañaverales! Frente a mí están los cañaverales; a mi lado están los cañaverales; a mi espalda están los cañaverales. ¡Cañaverales!”; “Se ahogan en una sorda inconformidad que no comprenden” y “El sol se sacudía en el cielo”.

De la primera oración se puede destacar que, el sustantivo es concreto, ya que se percibe con los sentidos, que es, calor, a este se le atribuye como adjetivo, denso. Esta imagen se traduce a: el calor se siente en demasía. Además, se yuxtapone otro sujeto, cañaverales, que representa la repetición o anáfora, ya que se repite unas tres veces.

Se ahogan en una sorda incomodidad que no comprenden. Esta es la segunda oración, no tiene un sustantivo marcado en este fragmento, pero, si volvemos al texto notaremos que este sujeto ausente es “trabajadores”. Desde mi punto de vista, aquí nos encontramos con una hipérbole, ya que se exageran el verbo y adjetivo, de esto podríamos concluir que, se cumple a cabalidad la desautomatización del lenguaje. Por último, el tercer enunciado tiene también un sustantivo concreto, acompañado de un verbo que le da el valor literario y provoca la desautomatización. En suma, este capítulo se caracteriza por utilizar más figuras literarias que los anteriores.

 En conclusión, considero que se ha cumplido el objetivo de este análisis, puesto que, se pudo demostrar que Over es una prosa literaria, ya que cumple con todas las características de la literariedad, hace una desautomatización del lenguaje, como lo vimos en cada uno de los capítulos. Asimismo, utiliza figuras literarias que crean una estructura estética y poética de la narración. Entre las figuras que más se pudieron identificar están, la prosopopeya, anáfora, comparación y metáfora. Del mismo modo, fue posible identificar, gracias a los verbos y determinantes que la narración sería hecha en primera persona y que los hechos serían tomados del presente del narrador.

Queda demostrado que, Marrero Aristy fue uno de los escritores más prolijos de República Dominicana, con una prosa cargada de literariedad y belleza que lleva al lector a contemplar, disfrutar y analizar sus novelas. La utilización de este análisis fue determinante para comprender la obra y valorar aquellos detalles que, por resaltar aquellas características del fondo de una obra, pasamos por alto. En mi opinión, Over, a pesar de que no toda su estructura la componen figuras meramente literarias, es una de las novelas más bellas estructuralmente y todo lector debe fijarse en esos detalles que, gracias a teóricos como Viktor Shklovsky y B. Eichenbaum hoy se estudian.



 Referencias bibliográficas


  • Marrero, R. (1939). Over.
Recuperado en: https://librosdominicanospdf.blogspot.com/2018/05/over-ramon-marreto-aristy-pdf-descarga.html

  • Bartes, R. Dufrenne, M. Genette, G. Gorny W. Estructuralismo y Literatura. Buenos Aires: Nueva Visión.
  • Gallardo, E. (2010). Formalismo Ruso
Recuperado en: https://peripoietikes.hypotheses.org/165

  • Nehuén, T. (2012). Breve exposición sobre el formalismo ruso.
Recuperado en: https://www.poemas-del-alma.com/blog/especiales/breve-exposicion-sobre-formalismo

  • Anónimo (2005). Los enfoques del análisis del formalismo ruso y la nueva crítica.
Recuperado en:  https://www.abc.com.py/articulos/los-enfoques-de-analisis-del-formalismo-ruso-y-la-nueva-critica-825796.html

  • Serrata, M. (s.f). Literatura y poder: la invisible presencia de Trujillo en Over.


3 comentarios: