Por Seneida Valdez Gómez
La lectura es el medio más rápido hacia el conocimiento: es la manera más certera de determinar el valor de un texto. Por lo que, para el estudio de la literatura se requiere de la lectura y análisis de diversos géneros textuales, de modo que, se construya un bagaje que permita diferenciar correctamente, una buena obra y las características que lo determinan. En este presente ensayo se pretende analizar la novela dominicana La vida no tiene nombre, de Marcio Veloz Maggiolo (1965). Cuando se publica la obra, la Republica Dominicana se encontraba en una situación difícil, ya que estaba atravesando por la Guerra de abril, hecho que marcó un antes y un después en nuestra historia. Cabe resaltar, que en este período la literatura estaba atravesando por grandes cambios, encerrando esta obra en la corriente vanguardista, debido a sus características y rasgos diferenciales.
El método elegido para este análisis es el
Semiótico, tomado del libro Análisis
e interpretación de textos literarios,
de Silvia Solano Rivera y Juan Ramírez Caro, Costa Rica (2016). Mediante
el cual se busca identificar en la obra los principales factores que
caracterizan este análisis, de modo que, se pueda obtener una mejor comprensión
de esta. Para la realización de este ensayo tomamos en cuenta los siguientes
factores: texto, literatura, cultura e historia, los cuales favorecerán a una
efectiva interpretación.
En este ensayo sustento la idea de que no somos
culpables de lo que nos pasa, pero sí de aceptarlo y someternos a ello. Puesto
que esta es la realidad más visible en la obra, en primer lugar, con la actitud
de Simián y más adelante con la de los dominicanos sometidos ante los invasores.
Esta obra narra la historia de un hombre rayano llamado
Ramon Dieth, hijo de una haitiana inmigrante llamada Simián, víctima de
múltiples violaciones y maltrato, y del jefe de la finca en la que trabajaba,
un rico hombre hacendado, del Seibo. En esta se cuentan todas las peripecias
por la que pasaron Juan y su madre, durante la intervención de 1916-1924 y en
la cual Juan fue parte de un grupo de guerrilleros. Teniendo como narrador al
propio protagonista lo convierte en narrador autodiegético, este narra toda la
historia desde la cárcel, donde espera su muerte inminente, lo cual le permite
dar detalladamente los sucesos por los que tuvo que pasar y lo hace en forma de
recuerdo, haciendo una analepsis que permite conocer las razones por las cuales
se encuentra encarcelado.
Son parte de este texto las notas, el autor hace
uso de estas para reflejar algunos acontecimientos de dicha intervención y las
cuales apoyan la historia narrada, al lado de una imagen. Estas son utilizadas
para mostrar algunos guerrilleros y lugares de la República Dominicana, así
como, a los interventores. Así también, el autor hace uso de imágenes, las
cuales hacen referencia a descripciones que no solo ponen en uso nuestra
visión, sino también, los cinco sentidos, permitiendo crear una figura mental
mediante el uso de palabras o frases, un ejemplo de esta: “Oí el “crack”
del revolver. Un ruido tenebroso” (pág. 81) o “…a Simián le vino un
golpe de tos y vomitó sangre y creo que, hasta la hiel, porque era una cosa de
color marrón” (pág. 73). Estas frases hacen alusión a imágenes que se
van creando en nuestra mente al momento de leerlas, permitiendo que nos
adentremos en la obra a tal grado de poder sentir lo que les sucede a los
personajes y ver lo que ellos ven.
Para analizar todo esto es necesario tomar en
cuenta el contexto en el que fue escrita la obra, la cual hace alusión a una
historia que tuvo lugar en los alrededores de 1916-1924 en Rep. Dom. El escenario principal fue la parte Este del
país, mayormente en el Seibo, aunque resulta difícil determinar un lugar
exacto, ya que esta presenta constantes desplazamientos, tanto de espacio como
de tiempo, si bien, comienza en el Seibo una parte se desarrolla en el Cibao y
otra en Samaná y otros lugares del país.
Es necesario tomar en cuenta que esta obra
pertenece al género épico-narrativo y debido a su estructura puede ser
considerada una novela. Esta hace uso de diversos recursos estilísticos y
literarios los cuales son utilizados por el autor para hacer más expresivo su
mensaje y llamar la atención del lector, el uso de estos es lo que permite al
autor crear su propio estilo. Un ejemplo de estos recursos se puede citar: la
personificación o prosopopeya, que permite atribuir características humanas a
seres inanimados, animales u objetos “Me parecía ver el viento
uniformado de caqui, sombrero de fieltro verde y riche de lona dura” (pág.
77); “El yerbajo parecía cantar” (pág. 77), también podemos encontrar Ironía,
la cual permite dar a entender cosas que se suprimen y que no se quieren decir
explícitamente “Los mataré como a jaibas” (pág. 48). Esta obra presenta
múltiples recursos estilísticos y literarios que le dan un toque particular y
crea en el lector la sensación de no querer soltar el texto hasta saber el
desenlace.
Otra práctica presente en esta novela son las
textuales, el autor hace uso de todas las voces internas del texto, pero
predomina la narración y la descripción, el protagonista se encarga de narrar
la historia haciendo uso de la descripción de lugares, personas y
acontecimientos, y explica las situaciones en las que se encontraba. Esta
novela tiene carácter realista, narra una historia que bien podría ser real,
dentro de la cual se pueden identificar diferentes niveles ideológicos, por un lado,
podemos mencionar el patriotismo evidente en los guerrilleros que luchan por establecer
la democracia que se les fue arrebatada y realzar su moralidad. Un factor que
no está muy claro es el racismo, ya que, si bien los invasores
(estadounidenses) muestran desprecio hacia los dominicanos y haitianos, no está
explícito si es por razones de raza. Esta obra presenta también una serie de
valores tales como la valentía, respeto, solidaridad, compañerismo, honestidad,
entre otros, que se mezclan con los valores religiosos, una parte creyente en
el budismo (principalmente los de raza haitiana) y otra creyente en el
catolicismo.
La mayoría de la población se dedicaba a la
producción agrícola, este hecho no se encuentra explícito en la obra, pero, se
puede deducir por los lugares citados por el narrador, así también, la pesca y
pequeños negocios poco definidos. Se menciona en determinada ocasión, la
producción de azúcar y, por ende, la siembra de la caña, siendo este el
principal sustento de la población para la época descrita en el texto.
Para entonces, el país se encontraba atravesando
por un desorden, la política no quedaba exenta de este, el sistema de gobierno
estaba regido bajo las órdenes de las fuerzas interventoras, por tanto, se
luchaba constantemente por que fuera derrocado y establecida la democracia que
fue arrebatada, de modo que las fuerzas políticas estaban divididas en dos
grupos; los guerrilleros que luchaban por establecer la libertad y régimen
democrático, y los invasores extranjeros que buscaban adueñarse de nuestro
país. En esta lucha se desarrolla la historia, donde un grupo de personas
levantadas con armas intenta derrocar un gobierno que había sido impuesto a la
fuerza, puesto que no quería ser sometido ni humillado. Sin embargo, había otro
grupo que estaba dispuesto a aceptar que se le privara de sus derechos y se le
sometiera, por lo se mantenían del lado invasor y rechazaban, quizás por obediencia,
el dinero dado o quizá por miedo a los guerrilleros o gavilleros.
En la obra se pone de manifiesto el poco valor
que le dan los dominicanos a su dominicanidad,
vendiendo sus derechos, aceptando ser sometidos y gobernados, en lugar de
levantarse y reclamar, permitiendo que fuerzas extranjeras se hagan dueñas de
su futuro, un futuro incierto. Pues, aunque no tenían la culpa de ser
sometidos, si de aceptarlo y dejarse someter.
Cuando se carece de algo y es puesto ante
nuestros ojos, la idea de despreciarlo ni se nos asoma por la cabeza, sin importar
el costo, es aceptado, aunque conseguirlo nos prive de libertad. El pueblo
decidió aceptar los bienes ofrecidos por los interventores, haciéndose
participes de ellos, dando por bueno y valido lo que decidieran hacer los
gringos con el país. Se les ofrecían productos en lugar de libertad y
democracia, y era aceptada como una salvación.
Tal vez el precio de la ignorancia, no se les podía exigir más, era un
pueblo pobre, sin conocimientos, ciegos de mente. No eran culpables de que
otras potencias lo sometieran, sin embargo, en sus manos estaba aceptar o no esa
realidad. Decidir si ser parte de ese grupo de personas que decidieron ser
libres, aunque les costara la vida, que preferían morir a vender su dignidad,
esa que tantas veces ha sido vendida por los dominicanos, ofrecida a
extranjeros que solo quieren cosechar el fruto sin sembrar el árbol.
La libertad, divino tesoro por el cual luchaban
los gavilleros, porque decidieron alzarse, comer un pedazo de viviere vacío en
el monte bajo lluvia y sereno a aceptar las leches y chocolates o cinco pesos
de los gringos, porque para ellos era mejor sembrar un futuro libre para los
suyos a aceptar que otros arruinaran y explotaran nuestro país.
El personaje Ramon entendió esto, el pueblo no
era culpable de que lo sometieran, pero sí de aceptarlo. Por eso decidió abandonar
la lucha, no lucharía por un país que había aceptado ser dirigido por otros. En
una ocasión dijo a Juan “…los dominicanos nacimos para que nos pisen. Nos
defienden y denunciamos al defensor…le dan a escoger entre su libertad y cinco
dólares y toman los cinco” (pág. 55-56). Alguien que elige ser sometido no se
puede liberar a la fuerza “…a nadie se libera a la brava, quien no tenga
conciencia de que tiene que ser libre que se hunda…” (pág. 56).
También, se nos presenta la realidad de Simián,
decidió salir de Haití, quizás porque allá estaba pasando penurias y decidió no
aceptarlas, no someterse y salió a buscar algo mejor, sin saber qué le deparaba
el futuro. Se encontró con múltiples obstáculos (violaciones, maltrato…) pero
aun así no perdió la esperanza y aun trabajando en la hacienda de Dieth, salió
de allí con su hijo a buscar su libertad, pues para ella esta no tenía ningún
valor monetario, su libertad estaba, ante todo. No aceptó ser sometida, aunque
no tenía la culpa de serlo.
Es así como nos damos cuenta de que en nuestras
manos está la decisión de aceptar o actuar ante lo que nos sucede. Pues, no
tenemos la culpa de pertenecer a un sistema dañado que pretende dirigir los
intereses ajenos que son propios de cada persona en particular.
Según Hunter (2013) “¿Se es realmente
culpable cuando se desafía a un sistema manipulador y obsoleto que atenta
contra la libertad y los derechos evolutivos humanos? El mandato social y
cultural vs. la libre evolución del ser”. No se es culpable cuando somos
sometidos ante un régimen de terror, pero, no importa lo fuerte que sea el
yugo, si se tiene el anhelo de ser libre, de dejar de esconder la valentía y
enfrentarse a quien juzga sin derecho a juzgar, es así como quien se propone a
dejar de servir, se vuelve libre.
El análisis de esta obra representa una mejora
para los conocimientos adquiridos mediante un largo periodo de estudio, a
través del cual se verifica el nivel de compresión adquirido. Gracias al
análisis semiótico pudimos identificar, no solo la literariedad de la obra,
sino también, su valor académico y humano.
Así también, el tema escogido para este análisis
“No somos culpables de lo que nos pasa, pero sí de aceptarlo y revisarlo
continuamente” nos permitió no solo identificar uno de los temas mas trabajados
en la obra, sino también, reflexionar acerca de que tantas cosas aceptamos y lo
culpables que somos de aceptar ser oprimidos en determinadas circunstancias,
sin reflexionar sobre lo que somos.
Podemos confirmar que el medio más certero para el conocimiento es la lectura y mediante el cual podemos identificar una buena obra, analizarla y valorarla, es así como nos damos cuenta del valor que posee esta obra La vida no tiene nombre mediante la cual se pudo realizar satisfactoriamente el análisis semiótico sugerido anteriormente y adquirir los conocimientos necesarios para su interpretación y posterior estudio.
Podemos confirmar que el medio más certero para el conocimiento es la lectura y mediante el cual podemos identificar una buena obra, analizarla y valorarla, es así como nos damos cuenta del valor que posee esta obra La vida no tiene nombre mediante la cual se pudo realizar satisfactoriamente el análisis semiótico sugerido anteriormente y adquirir los conocimientos necesarios para su interpretación y posterior estudio.
Bibliografía
- Brad Hunter. Agosto, 2013. Recuperado de:
- Solano, S. Ramírez, J. (2016) Análisis e interpretación de textos literarios. Heredia. Costa Rica.
- Veloz,
M. (1965) La vida no tiene nombre. Editora Cole. Tercera edición. Madrid
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