Por Karina
Almonte Carrasco
En términos mas específicos, esta reflexión será
realizada a partir de los siguientes aspectos: la trama en torno a la que gira
la obra, pasando en un segundo lugar a la estructura de la misma y aspectos mas
representativos, tomado en cuenta la interconexión que logra Cervantes con
otras obras, como lo es La novela del casamiento engañoso del mismo
autor y por último, los elementos de la picaresca que se pueden rescatar de la
obra y cuáles otros ponen en duda si esta construcción narrativa de Cervantes
es meramente una obra pícara, partiendo del análisis que hace Gonzalo Sobenajo
en el artículo: Un perfil de la picaresca, El pícaro hablador.
Es
conveniente comenzar resaltando aquellos hechos que envuelven a Berganza quien
es sobre el cual recae la mayoría de sucesos importantes de la obra debido, específicamente
a que es quien nos ofrece su autobiografía. Vemos que esta obra comienza con
una clara ambientación que nos sitúa en la ciudad de Valladolid, específicamente,
en el Hospital de la Resurrección. Allí se encuentran nuestros protagonistas,
Berganza y Cipión, los cuales al darse cuenta que poseían el don del habla,
inmediatamente deciden dejar salir a la luz todos aquellos pensamientos y
recuerdos que han tenido, pues reconocen que ese nuevo don es un milagro que,
aunque el hombre lo posee también, le es más especial debido a que es un animal
con raciocinio y capacidad de discurso. Ambos, conscientes de que es algo
antinatural comienzan a sacar a relucir conjeturas sobre la razón de este nuevo
don, agregando que posiblemente sea señal de alguna tragedia que se avecina o
es producto de algún azar extraño del destino. Hasta este punto, vemos cómo se transfieren
creencias e ideologías en nuestros personajes.
A
nuestros protagonistas se les ocurre que debían aprovechar esta nueva facultad contándose
sus experiencias y así inicia Berganza, dando a conocer todo en cuanto recuerda
de sus vivencias, desde que era un cachorro hasta el encuentro de esa noche.
Berganza, no escatimó en detalles e inició contando desde la primera vez que
consciente reconoció algún amo. Constantemente, Berganza se distraía en sus
muchas historias y Cipión era quien debía encaminarlo de nuevo a lo fundamental
de la misma, recordándole en todo momento que no se podía llevar por sus
impulsos para murmurar, lo que en términos actuales equivaldría a criticar o
juzgar acciones ajenas para crear morbo. Así, pues, se pasaron horas enteras en
un coloquio que sobre todo dejaba relucir todos aquellos sucesos que permearon la
vida de Berganza y que nos llevan a un final en el cual ambos perros deciden dejar
la conversación, ya que afuera ya estaba saliendo el sol.
A partir de la interrupción del coloquio de
ambos perros, Cervantes agrega como conclusión otra conversación entre dos
hombres que en una primera lectura desconcierta, ya que es casi imposible
deducir quiénes son o de donde salieron; estos son el Alférez y el licenciado Peralta,
quienes para finalizar la obra comentan si aquel coloquio era o no real para
luego marcharse hacia Espolón.
Sobre esto, es interesantísimo ver cómo
Cervantes juega con el mundo representado en el texto, pues quien lee El
coloquio de los perros no espera ese final abrupto que pone en duda todo el
esquema mental que se ha recién construido sobre esta historia. Aquí es cuando
nos damos cuenta que esta obra guarda total relación con otra del mismo autor titulada
Novela del casamiento engañoso.
Para hablar entonces de la conexión que
sostiene Cervantes, es necesario situar en El coloquio de los perros aquellos
detalles que nos podrían dar más indicios sobre quienes son estos hombres.
Sobre esto, vemos que, volviendo desde el final hacia el inicio, los únicos
detalles que nos proporciona el autor y que no tienen nada que ver con el
coloquio como tal son la ubicación (Valladolid), el Hospital de la Resurrección
y un hombre que allí se encuentra. Sobre este hombre agrega Cipión, en
respuesta a la petición de Berganza de hablar sin ser escuchados: ´”Aquí cerca
está un soldado tomando sudores; pero en esta sazón más estará para dormir que
para ponerse a escuchar a nadie”.
Trasladándonos a Novela del casamiento engañoso
vemos que la misma inicia justamente con la misma descripción de estar un
hombre sudando terriblemente en un hospital de Valladolid.
Personajes de la obra |
Ciertamente, las historias en ambas obras
son un tanto diferentes, en cuanto a que en El coloquio de los perros nos
cuentan las historias de Berganza como perro que paseó por muchos amos y
situaciones, mientras que en la Novela
del casamiento engañoso nos habla de
un hombre que le cuenta a su amigo la desafortunada historia de un casamiento
que se dio envuelto en mentiras y que le costó estar en aquel hospital sudando
las ´bubas´ causadas por la sífilis. Vemos que las conexiones entre ambas
historias se encuentran al inicio y al final de cada una, pero destacando que,
el coloquio es hija de la otra, pues es el Alfarez quien le cuenta al
licenciado la historia de cómo escucho dos perros hablar y contarse cosas,
agregando: “Vine a conocer, por lo que hablaban, los que hablaban, y eran los
dos perros, Cipión y Berganza´”. También
puede apreciarse que, al finalizar, ambas tienen la misma conclusión que de
todo esto se entiende: el Alfarez estuvo escuchando las historias de Berganza
para presentarlas por escrito a su amigo el licenciado Peralta, esto es porque
el mismo Alfarez en Casamiento engañoso agrega: “Todo lo tomé de coro;
y, casi por las mismas palabras que había oído, lo escribí otro día, sin buscar
colores retóricas para adornarlo, ni qué añadir ni quitar para hacerle gustoso”.
Con
relación a la conexión de estas obras, cabe resaltar que Cervantes entre 1585 y
1612 escribió un conjunto de novelas ´cortas´ llamadas Novelas ejemplares,
que fueron publicadas en 1613 y que presentan una amplitud de temas que van
desde las historias más filosóficas e ideológicas hasta las románticas o
picarescas, como el Coloquio de los perros.
Pasando a otro aspecto, considero necesario
resaltar las características de la picaresca en esta obra, sobre todo,
destacando que el pícaro que nos muestra Cervantes no es el mismo que nos
presentan, por ejemplo, Mateo Alemán o Quevedo. Las características que podemos
mencionar son: 1) Es un relato autobiográfico que nos sitúa en una perspectiva
poco favorecedora, pues lo que se comparte se hace desde la perspectiva del pícaro
que pertenece a los más bajos y humildes estratos sociales. Sobre esto, vemos
que ciertamente Berganza hace una especie de narración sobre los detalles de su
vida y, aunque lo haga en un coloquio con Cipión, vemos que el peso de los
hechos recae en el primero. Asimismo, Berganza desde que inicia su narración
nos da indicios de que es un huérfano, el cual tuvo un primer amo que le hacía
pasar muchas vicisitudes. Continuando en esa misma línea, podríamos destacar
que una de las características pícaras es provenir de padres poco preocupados
por el destino de sus hijos ya que, 2) el pícaro se ve obligado a luchar desde
su edad temprana contra su destino azaroso y la vileza de sus padres. Aunque
esto último no se le atribuye a nuestro protagonista, sin embargo, producto de
su inicios humildes Berganza hace conjeturas cuando pequeño de que sus padres podrían
ser jiferos, pero cuando encuentra a la bruja Cañizares rechaza por completo a
quienes ella le da por padres, pues serían personas poco afortunadas. Eran las
personas más rechazadas por la sociedad, ya que su madre podía ser una
hechicera y su padre enteramente pícaro, y eso, a Berganza lo avergonzaba.
3) El pícaro además le sirve a diferentes
amos y el autor aprovecha estas personas como forma de encaminar la historia a través
de vivencias individuales que tiene el pícaro con cada uno de ellos, mostrando
a través de estas personas lo bueno y malo que tiene la sociedad. En este punto
vemos que Berganza tuvo diversos amos, desde carniceros, alguaciles, gitanos y demás,
y de cada uno aprendía costumbres y ´mañas´ que trataba de criticar hasta tanto
Cipión le callara.
Vemos también
que Berganza presenta una evolución notoria en su forma de pensar y ver el
mundo, y la “maldad o bajeza” de los hombres, pues se presenta desde que es un
cachorro que va creciendo con ingenuidad hasta que desarrolla una fuerte
madurez mental en la adultez.
4) Por último, podríamos citar la crítica a
la sociedad y así mismo, en esta parte vemos que las críticas sociales están
bien dibujadas, ya que a diferencia de otros pícaros, Cervantes nos pone en
frente dos protagonistas que entienden las dificultades del murmurar y
reconocen que es malo siempre y cuando se haga con malicia. Sobre esto, un
fragmento en particular llamó mi atención en el cual Cipión le recomendaba a
Berganza no murmurar para ganar la aceptación de otros, dice: “Consentiré que
murmures un poco de luz y no de sangre; quiero decir que señales y no hieras
[…] Que no es buena la murmuración […] y sí puedes agradar sin ella”.
Si
bien es cierto que el pícaro tradicional critica por criticar y se da muchísimas
libertades al hablar sobre otros, no lo es menos que Berganza es totalmente
diferente. Teniendo en cuenta que el autor nos presenta esta historia a partir
de dos perros donde uno de ellos (Cipión) es quien constantemente debe
advertirle a Berganza que debe limitarse a seguir contando antes de criticar, escuchándolo
e invitándolo a reflexionar bajo los términos filosóficos sobre su actuar. Personalmente,
considero que este elemento, casi imperceptible, de colocar dos perros en vez
de dos humanos es una muestra de la originalidad y libertades que se da
Cervantes para presentarnos un pícaro diferente, donde no hay un pícaro
monologando y tampoco hablando por hablar, pues en todo momento es detenido por
Cipión cuando sin quererlo se desvía de la historia y empieza a murmurar. Con relación a esto, Cervantes
le da total importancia a la conversación y al estado de estar hablando
permanentemente como se hacía en la cultura grecolatina.
En ese mismo orden, vemos que la locuacidad
crítica de nuestro pícaro está orientada más a otros y no hacia él mismo, es
decir, crítica las ideas de sus amos y entiende en todo momento que su actuar
no se corresponde con lo que representan.
Un aspecto
que llamó mi atención es que en esta obra si bien se critica el comportamiento desmedido
de la sociedad, también se presentan personajes/amos que presentan una especie
de virtud disfrazada. Es decir, en un primer momento Berganza se acerca a muchos
de los que fueron sus amos, porque aparentemente parecían personas que le ayudarían,
sin embargo, ocultaban un sinnúmero de problemas, tal es el caso del alguacil o
la bruja, por mencionar algunos. Respecto a esto, vemos que como en el caso del
alguacil, Berganza se le acerca, pues creía que como amigo de su antiguo amo y portador
de la justicia estaría mejor, sin embargo, no pasó mucho tiempo para que se
enterara sobre las malas costumbres de este, como por ejemplo, aprovecharse de
su profesión para engañar a los más vulnerables. Luego de Berganza contarle a
su compañero las cosas que, hacía su nuevo amo, Cipión agregó: “Mejor dijeras
de las bellaquerías de tu amo” y Berganza respondió: “Me pesa decir mal de
alguaciles y de escribanos”. Mostrando aquí las limitaciones para hablar por
hablar de nuestro pícaro.
Otro ejemplo
que guarda total relación con estas virtudes que esconden las verdaderas intenciones
y formas de actuar de los personajes, es el caso de la bruja Cañizares, quien
se le acercó a Berganza con intenciones de hablarle sobre su supuesta madre. Al
principio, vemos que el decide ir al encuentro con aquella vieja y ocultar el
asco que le provocaba para escuchar sus razones y fue a ella con buena fe, sin
embargo, mientras ella avanzaba su discurso pudo notar estar frente a una mujer
que no dominaba sus impulsos y que al mismo tiempo ocultaba con una fachada de
bondad y humildad los pecados y vicios de su alma, entre ellos el criticar y
juzgar. Por ejemplo, en una ocasión ella
agrega: “Rezo poco y en público, murmuro
mucho y en secreto. Vame mejor con ser hipócrita […] las apariencias de mis
buenas obras presentes van borrando en la memoria de los que me conocen las
malas obras”, añadiendo a su discurso que la santidad cuando es fingida no
hiere a nadie y si alguien decide ser malo lo único que debe hacer para
compensar esto es encubrirlo con “buenos actos”. Con relación a esto, vemos que
Cervantes aprovecha a Cipión como el personaje rescatado, que no calumnia y
pide que se reflexione, y refleja su pensar en dicho personaje, es decir, para
hacer un comentario que deja a relucir el sentimiento que ocasionan en él los
hombres que se critican en la obra diciendo: “Berganza, si tu fueras persona
fueras hipócrita y todas las obras que hicieras fueran aparentes, fingidas y
falsas, cubiertas con la capa de la virtud”.
Con este tipo de actos, Cervantes le lanza una fuerte crítica a la
sociedad de la época con temas y problemáticas que incluso en la actualidad
tienen vigencia, como son la corrupción, el egoísmo o la hipocresía en todos
los ámbitos de la vida.
Durante la lectura y como se ha venido
abordando anteriormente, pude destacar características e informaciones que suscitaron
dudas en mi que ponían en disputa si el Coloquio de los perros es o no una
novela enteramente pícara, sobre esto destacan los siguientes aspectos: el
pícaro del Coloquio es aparentemente bueno y reservado en cuanto a las
críticas crueles y como agrega Sobenajo en Un perfil de la picaresca, estas
son características contradictorias a los otros pícaros y “se oponen a la poética
del género: novela picaresca”. Por otro lado, el problema para determinar si es
no pícara esta novela, radica en que Cervantes tomó elementos picarescos
importantes, pero no presentó en esta ocasión un pícaro malvado, bellaco o
irreverente como lo es Pablos en El Buscón de Quevedo, por poner un
ejemplo. Además, el hecho de que Cervantes eligiera perros y no humanos para
Lázaro Carreter citado por Gonzalo Sobenajo en El coloquio de los perros y
otros apuntes, es una oposición frente a otros pícaros ya que afirma que si
bien el autor trató sobre pícaros no escribió picaresca pura, pues confió a
unos perros y un coloquio irónico su crítica (Carreter, 1968).
En resumen, para autores como los
que hemos citado anteriormente, esta novela de Cervantes puede bien entenderse
como una novela picaresca, pues en resumidas cuentas intervienen muchos
elementos pícaros, pero al mismo tiempo tienen una serie de limitantes que son
opuestos a la concepciones del pícaro construido anteriores a Berganza, como
son el pícaro es un hombre que no ve mas allá de sus beneficios y de sus ganas
de superarse sin importarle o no si debe engañar, robar o hacer ´cosas
malintencionadas´ para lograr su cometido mientras que En el coloquio de los
perros, Berganza es un pícaro bien criado dentro de lo que cabe, es
virtuoso y discreto aunque su dialogo está lleno de digresiones, y como señala
Sobenajo: ¨Berganza […] de origen tan humilde que ni siquiera es humano¨.
Finalmente, Coloquio de los perros es
una obra que encierra una gran cantidad de elementos de la picaresca y lo hace
sobre todo en una historia sumamente entretenida, innovadora para la época y
que invita al lector a reflexionar producto de que, en la misma, aunque se
castigan en cierto grado comportamientos humanos y morales, se ofrecen también enseñanzas
sobre los límites de la murmuración o la crítica. Cervantes, sin duda, nos
ofrece un pícaro distinto, que como los demás intenta superar sus limitaciones.
Bibliografía
- Carreter, F (1968). Para una revisión del concepto ¨novela picaresca¨. Centro Virtual Cervantes. Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/03/aih_03_1_007.pdf
- Cervantes, M. (1913). Coloquio de los perros. Recuperado de: https://www.biblioteca.org.ar/libros/656181.pdf
- Ramírez, H. (2013). Las novelas ejemplares de Cervantes. Cero setenta. Recuperado de: https://cerosetenta.uniandes.edu.co/las-novelas-ejemplares-de-don-cervantes/
- Sobenajo, G. (1971). Un perfil de la picaresca: el pícaro hablador. Universidad de Pensilvania. Recuperado de: https://www.biblioteca.org.ar/libros/134688.pdf
- Sobejano, G (1975). El coloquio de los perros en la picaresca y otros apuntes. Hispanic Review Recuperado de: http://home.uchicago.edu/~jorgea/untitled%20folder/Coloquio%20picaresca.pdf
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