jueves, 14 de mayo de 2020

Una mirada al Coloquio de los perros, de Miguel de Cervantes Saavedra

Por Lynn Marcelle Félix Valdez

Miguel de Cervantes Saavedra
Este trabajo está fundamentado en la obra El coloquio de los perros de Miguel de Cervantes Saavedra, quien fue un poeta, dramaturgo y soldado español. El texto que se ha de analizar pertenece a la edición del 2009 de Novelas ejemplares II, cuya introducción y notas se le atribuyen a Santiago Pérez Minnocci. La tesis que se busca defender en dicho texto se basa en los distintos recursos literarios que toma el autor para mostrar la dualidad existente entre las apariencias y la realidad que dejaba en evidencia las perspectivas de aquellos que formaban parte de la sociedad española y cómo era el comportamiento del Estado, el gobierno, las entidades religiosas y cada ciudadano. 

     El propósito de este ensayo es analizar tanto la estructura externa como la estructura interna de la obra, partiendo así de lo más general a lo más particular; donde se pueda destacar la forma en que fue escrita y los recursos utilizados por el autor para embellecerla y,  el contenido en base a los valores y antivalores que se ven reflejados en dicho texto, sin dejar de lado su relación con el contexto de la época y los aportes que esta proporcionó y sigue proporcionado en la actualidad, los cuales han trascendido hasta hoy día y han sido de utilidad. 

    Como sabemos las grandes obras de la literatura clásica y la literatura universal han sido eco durante siglos de los distintos pensamientos, sociedades y culturas de las cuales han formado parte sus escritores. Estas han dejado un legado que nos permite en la actualidad conocer cómo era concebido el mundo en la antigüedad y la formas en la que fue inmortalizado a través de distintos textos que nos permiten conocerlo y estudiarlo a profundidad. En este caso, Cervantes se vale de la evolución de las letras y las utiliza como un portavoz de un mensaje que cambiaría nuestro pensamiento y nos mostraría una realidad a la cual todos hemos estado expuestos a lo largo de los años y que no se limita tan solo a un país.

   Destacamos que el análisis de esta obra nos suministra ideas, juicios y problemáticas que reflejan la vida del hombre, al igual que, el momento histórico en que aparece, proyectando aquellos aspectos que la caracterizan positiva y negativamente. Permitiendo así, que al analizar el texto, tengamos una visión generalizada del mundo de la obra y del mundo fuera de ella, y que de estos se puedan extraer experiencias y aprendizajes relevantes y significativos.

 El coloquio de los perros viene a ser la última obra de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, siendo antecedido por la obra Un casamiento engañoso. La novela inicia cuando el pícaro llamado Campusano, quien es el protagonista de esta última da a leer a su amigo un diálogo ingenioso del cual fue participe y que él mismo escribió, en donde se narra la conversación extendida entre dos perros llamados Berganza y Copión en la cual el primer personaje le va contando al otro todas y cada una de las vivencias que tuvo en su vida al pasar de un amo a otro y las enseñanzas e interrogantes que afloraron de ellas. 

   La novela está escrita en prosa y presenta una de las características principales de la obra picaresca de la cual Fernández (1999) expresa: Otra característica del género es su forma, que se presenta como la autobiografía ficticia del mismo pícaro”. Lo que explica dicho autor nos lleva a relacionarlo directamente con el caso que se presenta con Berganza, quien es el emisor en este diálogo y el cual va narrando cada uno de los hechos importantes que este realizó y a los cuales estuvo expuesto desde su nacimiento hasta el momento actual, por lo que dicho diálogo se toma como una semi-autobiografía construida por el protagonista. 

   Pese a que la obra compartía elementos de la picaresca fue puesta en tela de juicio por algunos críticos literarios durante largo tiempo, debido a que la misma posee elementos fantásticos y que podrían relacionarse en determinado momento con las fábulas, por el hecho de que sus personajes principales son dos animales. Sin embargo, gracias a otras características presentes como la narración en primera persona, el propósito moralizador y la necesidad de hacer una crítica a la sociedad ayudaron a que cesara el debate de si era o no una novela picaresca. De la misma forma, se puso en tela de juicio el título de novela ya que algunos diferían si esta pudiera clasificarse en este género. 

     Al igual que en El Lazarillo de Tormes, Cervantes crea unos personajes que no se apegan al pícaro tradicional que mostraba la tenebrosidad y amargura que estuvo presente en los textos de Guzmán de Alfarache, de la misma forma que la vida despiadada en sí. Pero de lo que sí se vale es de la ironía y el humor en un grado discreto, pues en esta obra predominan todos los grados de ironía, la que pasa por terceros, la sutil y la directa. Al igual que el toque humorístico, la conversación sin pausa entre Berganza y Copión poseen varios intervalos en el cual un toque sutil de humor e ironía aparecen; por lo tanto, el personaje que lo caracteriza con dichas cualidades es Berganza, mientras que Cipión es más centrado y cuidadoso con sus palabras. 

En este sentido, según Gómez (2001): “La vida de Berganza, es un antiejemplo. El mismo no se vanagloria de sus hazañas. Es autocrítico, pero también justo al hacer juicios de los demás”. Lo que la autora nos quiere decir es que Berganza mide lo que dice, a pesar de que está hablando constantemente sus palabras no son precisamente para perjudicar, sino más bien para hacer una reflexión y sopesar las situaciones, muy diferente a lo que hace Cipión, quien ahorra sus palabras, Berganza no se mide para poder sacarlas y reprochar las acciones incorrectas de cada uno de los amos que tuvo.

   Los recursos estilísticos que el autor utiliza para embellecer la obra son innumerables, ya que la misma posee un amplio rejuego de palabras y figuras literarias. Entre las más destacadas por ser utilizadas por el autor se encuentran las parábolas, las metáforas, las anécdotas (muy predominantes en la narración), la ironía, las alusiones, los puntos de vista e incluso las personificaciones. La personificación prevalece más que las demás figuras, en vista de que, los perros del texto poseen características propias de los humanos como el habla, el pensar y razonar. 

   En la obra se destacan la utilización de las siguientes palabras que hoy las utilizamos de una forma diferente, estas son: Ansí, desa, deso, empero, della, deste, manifestallos, agora, dél, vese, esto se debe al tipo de castellano que se utilizaba en el siglo XVI (Siglo de Oro), esto era posible porque se ligaba la preposición “de” con los adjetivos ella y se evitaba que coincidiera el artículo “la” con las palabras femeninas que empezarán con la letra “a”. Se hace una clara y evidente diferenciación entre el castellano antiguo y el castellano actual y la evolución que ha tenido el mismo. 

   Aunque pareciese que los únicos personajes son Berganza y Cipión, en la narración de Berganza podemos encontrar distintos escenarios y conflictos que son presentados por múltiples personajes secundarios, de los cuales se ofrecen descripciones y detalles. Estos detalles muestran las distintas formas de vida que adaptan los seres humanos en la realidad y las acciones perversas que estos realizan para el beneficio de sí mismos. Como son el caso de los personajes Nicolás el Romo, su esposa, el alguacil, el escribano, Monipodio, las brujas, etc.

   Sin embargo, pese a que el autor proporciona distintos personajes que son ficticios, este menciona figuras de la historia y las cuales se pueden percibir en las notas de página, realizando así un paralelismo y un contraste entre los personajes ficticios y los agentes reales. De estos podemos mencionar a Anfriso y Belisarda de la obra La Arcadia, Fílida personaje de la Galatea (obra cumbre de Cervantes), Sireno, Diana y Felicia, personajes de Los siete libros de la Diana, Arte de gramática de Antonio de Nebrija, el licenciado Sarmiento de Valladares, Rodamonte, Colegio de Mase Rodriguez, Ulises el de La Odisea, La Camacha de Montilla, y de Apuleyo, quien fue escritor antiguo latino-africano. 

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   Con respecto al contenido es indudable que los temas principales que se encuentran en la obra versan de las apariencias, la doble moral, la sociedad disfuncional, los antivalores de los personajes y la forma desmedida en la que vivían estos. En base a esto, es necesario saber que en 1606, que es la época específica en la que se publica El coloquio de los perros, está caracterizada por el esplendor de los nuevos descubrimientos que fueron realizados en dicho entonces relacionados al ultramar. Sin embargo, ese esplendor no duró mucho tiempo, España fue decayendo gradualmente y Cervantes junto a otros escritores de la época se dedicaron a recoger, con ironía y escepticismo, los aciertos y desaciertos de su nación a través de sus obras. 

    Los distintos problemas a los cuales España estuvo expuesta por años desarrollaron la inclinación del autor por el trato de los temas sociales de manera indirecta. Berganza es el portavoz de los escenarios característicos de los habitantes de España. En este mismo tenor el escritor Rodríguez (2016) expresa: “Podemos afirmar sin ambages que en la época en que tuvo lugar la escritura de las Novelas ejemplares [donde se encuentra El coloquio de los perros] la violencia de obra y de palabra se hallaba fuertemente arraigada en el seno de las sociedades hispánicas, como han puesto de relieve numerosos historiadores de la sociedad y de la justicia”. En el caso de Berganza, cada uno de sus amos contaban una historia, pero vivían otra que se alejaba por completo a lo que ellos decían vivir, ya que, todo lo realizado consistía en llevar y guardar las apariencias.  Las narraciones de Berganza presentaban a ladrones, mentirosos, avaros, envidiosos, codiciosos, violadores de la ley, racistas, infieles, hechiceros y desleales, prostitutas, religiosos, pobres y ricos. 

   Era irónico entonces que fuera un perro el que le comunicara a otro los actos atroces que realizaban los seres humanos y recibir del receptor una respuesta moralizadora ante las distintas situaciones que se presentaban. Esto es muy interesante. Siendo los perros más conscientes de sus actos que los humanos y de los cuales Berganza opinaba lo siguiente: “Es gente ancha de conciencia, desalmada, sin temer al Rey ni a su justicia”. (Cervantes, 1606, p. 192) pese a que Cipión insistía en evitar el murmurar de su amigo Berganza este no podía retener las palabras y le respondía que “las honestas palabras dan indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribes”. (p. 210) 

   Algunos de estos temas como el comportamiento de los oficiales, el comportamiento de los pastores de ovejas, la riñas, los engaños religiosos, y la esclavitud fueron tratados en novelas picarescas como el Lazarillo de Tormes y en el Guzmán. Los mismos temas que también se encuentran en otras obras de Cervantes, pero pertenecientes a otros géneros literarios. Una de las novelas que guarda una similitud de tema con El coloquio de los perros, es La Gitanilla; pero se evidencian los cambios de la intención en ambas obras. En la primera el autor intenta ponerse de lado de la situación de rechazo que estaban pasando los Gitanos y demostrar cómo aun en medio de ellos se encontraban personas con distintos valores, mientras que en la obra base el autor muestra el lado más bajo y despiadado de los gitanos, sin dejar una mínima sospecha en su bondad o buena moral. 

   La sensibilidad de los perros con el trato de las historias parece revelarnos a dos seres que se sentían completamente indignados por los actos que eran realizados para entonces y los cuales no veían con agrado. Una de las menciones que hace Berganza se refiere a los jiferos, y de los cuales expresa: “con la misma facilidad matan a un hombre que a una vaca; por quítame allá esa paja, a dos por tres”. (p. 193) y referente al mismo tema de los jiferos el escritor Rodríguez (2016) explica la razón por la cual el autor le daría un papel principal en su historia a los que se dedicaban a esta labor, diciendo: “Los jiferos de Sevilla se apoderan ilegítimamente de una buena parte de la carne. Su apropiación es ilegal. No es de extrañar que el autor, obedeciendo a la mentalidad social imperante, tache a estos personajes de «aves de rapiña carniceras”.

   Esta y otras de las historias narradas por el perro Berganza eran realidades que se vivían día tras día en Sevilla y que perjudicaban a sus habitantes. De la misma forma, se hace una mención especial de la hechicería que era practicada en la época y de la cual el autor menciona un personaje real que existió en dicho siglo llamada La Camacha de Montilla, la cual fue condenada por la inquisición de Córdoba acusada de bruja. El texto deja en evidencia el nivel de realismo y verosimilitud que había sido cuestionada por el factor de que los narradores eran animales. De estas digresiones Gómez (2001) afirma que: “Estas no pueden ser ampliada ni tan frecuentes, porque los perros piensan que el don de la razón no les durará para siempre y tienen que aprovechar el tiempo”. Entiéndase, pues, que los perros estaban conscientes de que no era normal el don que habían recibido y que eso no los hacia seres sobrenaturales, descartando así elementos del género fantástico. 

   Los aportes que el texto ha realizado son indudables, es una obra magistral que lleva a cada individuo que la lee al razonamiento y la reflexión, aunque según Cervantes el motivo de las Novelas ejemplares era meramente entretener un poco, logró mucho más que eso. En el prólogo de Ejemplares el mismo Cervantes enuncia que él ha sido el primero que ha novelado en lengua castellana y que la voz “novela tiene para él un sentido distinto al que tiene en la actualidad. Sus novelas no solo nos han permitido conocer el castellano antiguo y las variaciones que han sufrido múltiples palabras, sino también que ha abierto nuestro entendimiento sobre la crisis que atravesaba su nación y la crisis que se ha extendido en todo el mundo durante años por causas comunes a los cuales él explica, detalla y describe en sus novelas. 

   El coloquio de los perros más que mostrarnos un diálogo entre dos animales, nos muestra la realidad de una sociedad. Un texto que remite inmediatamente a un contexto, lo cual significaría un mundo fuera del escrito. Proporcionándonos una visión generalizada de lo que fue nuestra historia y de lo que aún sigue siendo, porque muchos se han limitado simplemente al igual que Cipión a mantenerse al margen de las situaciones caóticas y a emitir juicios de valor poco honestos por no “comprometerse” o “involucrarse”. Otros, sin embargo, como Berganza están dispuestos a hacer de cada una de las experiencias vividas un aprendizaje y una enseñanza para evitar que otros tengan que repetirlas y caer en los mismos errores. El coloquio de los perros es una demostración de que aquel que es menospreciado, tenido en poco, humillado, rechazado y tratado como “Un perro” en sentido figurado, puede ser el que esté en pleno uso de sus facultades para juzgar a aquellos que carecen de sensatez y disfrazan sus vidas cual teatro; una vida delante del telón y otra vida detrás, lo mismo que pasaría con las líderes políticos, con las autoridades policíacas y las autoridades religiosas; un disfraz total de lo que es la verdad. 

   Sin duda, es incuestionable que la obra muestra personajes que reflejaban la realidad oscura del pueblo español, y los cuales no dieron muestra de remordimiento o arrepentimiento por sus acciones macabras y malintencionada durante tantos años. Estoy segura de que el objetivo de Cervantes era provocar un cambio a través de sus obras, el mismo cambio que pocos están dispuestos a realizar, pero que aparecerán valientes que lo ejecuten, y dicho cambio no solo abrió los ojos de muchos de sus contemporáneos, sino que sigue abriendo los ojos de muchos en la actualidad que reviven cada una de sus obras a través de la lectura y el análisis de estas. Porque en definitiva donde haya un Cipión que prefiera callar, siempre habrá un Berganza que hablará y también actuará a favor del bien común. 

Bibliografía   
CERVANTES, M. Novelas ejemplares II. Edición 2009. Madrid, España.

FERNADEZ, J. (1999) La novela picaresca del siglo XVII. Historia de la Literatura Española, 
Apartado de: www.hispanoteca.eu

GOMEZ, G. El coloquio de los perros, una poética para sí misma. Revista Difusión. (2004) (pp. 1-8) Apartado de: http://www.uam.mx/difusion/revista/oct2004/gomez.pdf



RODRIGUEZ, B. Delito y Moral en el Coloquio de los perros. Revista de Filología (2016), (pp. 315-327) Apartado de  file:///C:/Users/Lenovo/Downloads/Dialnet-DelitoYMoralEnElColoquioDeLosPerros-5441048.pdf

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